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lunes, 21 de abril de 2014

LABORES DEL HUERTO

Normas del huerto
Entre todos los asistentes se elaborará un listado de cómo se deben comportar en el huerto. Quedarán reflejadas en una cartulina que colgarán en clase.


Primera tarea al llegar al huerto
La primera tarea nada más llegar al huerto será: los 10-15 primeros minutos se dedicarán a una observación del huerto, regando semilleros, bancales, retirando adventicias (malas hierbas) y viendo el estado de los cultivos. El tiempo restante se dedicará al groso de la materia indicada para cada día. De esta forma los alumnos entran en una dinámica desde el principio, aprendiendo a observar su huerto y a realizar las tareas necesarias para su mantenimiento como parte imprescindible. El resto del tiempo se dedicará al tema central pensado para cada sesión. Las sesiones se adaptarán al nivel de comprensión correspondiente, con dinámicas que permitan a cada rango de edad entender los conceptos y actividades que permitan experimentar lo aprendido.
Las herramientas del huerto
Se sacarán las herramientas necesarias para la sesión de la caseta del huerto y se procederá a su repartición. Cada alumno o cada grupo serán responsables del uso adecuado, cuidado, limpieza y recogida de sus herramientas.

Sembrar:
Hay que atender al tipo de semilla y de planta a cultivar para dar con el método más adecuado. Pueden distinguirse los siguientes:
-Siembra directa: Adecuado para hortalizas de raíz, las cuales no soportan bien los trasplantes (zanahorias, rabanitos, cebollas…). Se elige la época del año adecuada y se entierran a una profundidad de unas tres veces su grosor. Dentro de este tipo de siembra se puede hacer de diferentes maneras, atendiendo al tamaño de la semilla. Para semillas muy pequeñas (como zanahorias o lechugas) se hace siembra a voleo, realizando posteriormente un clareo. Para semillas grandes se hacen hoyos definitivos donde queremos que crezca cada individuo y se mantienen en el mismo lugar hasta el final del ciclo.
Siembra en semillero: Especial para plantas delicadas y que toleren bien los trasplantes. Sobre todo se realiza para evitar la pérdida de individuos por inclemencias del tiempo, heladas, grandes lluvias o granizos. Cuando a la planta le crecen tres o cuatro hojas, se realiza el repicado o trasplante, según convenga.


Trasplante y asiento de las plantas: Una vez que las plantas del  semillero tienen el tamaño adecuado (10 a 15 cm; 4 o 5 hojas) hay que  trasplantarlas al terreno. Antes de sacar las plantas del semillero conviene que esté regado pero no encharcado. Se procurará sacarlas con cepellón (conjunto de tierra y raíces) sin dañar las raíces. El terreno donde se va a efectuar el trasplante ha de estar siempre preparado antes de comenzar a sacar las plantas del semillero.



En cuanto a la técnica del trasplante, esta consiste en realizar hoyos que permita introducir la planta sin tocar sus raíces ni enterrar el “cuello”.  Después debemos comprimir ligeramente el suelo para que esté firme. Siempre, tras el trasplante, hay que regar abundantemente para que la tierra se asiente y las raíces queden bien en contacto con ella.


Qué y cuándo sembrar:
Es importante seleccionar las especies de plantas o semillas para cada época del año. También tenemos que tener en cuenta la zona donde nos encontremos, con sus características climáticas especiales. Esta es una interesante herramienta para saber qué y cuándo sembrar en Madrid:

   
Otra herramienta útil para saber qué y cuándo sembrar: agroguía.

 Asociaciones entre plantas.
Hay plantas que se perjudican unas a otras y otras que se favorecen mutuamente; buscaremos asociaciones beneficiosas que ayudarán a prevenir plagas y enfermedades en primavera.
Atendiendo a los requerimientos de cada planta es fácil averiguar si unas u otras convivirán mejor en un mismo espacio.  Si las plantas se parecen entre sí (raíz, hojas o fruto) necesitarán los mismos nutrientes y cantidades de luz y calor. Si emplazamos demasiadas en un mismo lugar, terminarán estableciéndose relaciones de competencia entre ellas, perjudicando a la larga el sistema inmunitario de las mismas y cayendo enfermas con mayor probabilidad. Si, por el contrario, alternamos diferentes especies y familias de plantas, las relaciones que pueden favorecerse son las de facilitación, ayudando a la planta a tener todo lo que necesita sin competencia y reforzando su salud.



Lugar donde plantar

Seleccionar el lugar más apropiado según las características de las plantas:
-       Solanáceas: tomates, berenjenas y pimientos. Necesitan muchas horas de sol directo. Si no están bien aireadas es fácil que aparezcan hongos (mildiu). El acolchado ayuda a prevenir que se seque su suelo por exceso de exposición solar.
-       Cucurbitáceas: pepinos, calabazas, calabacines y melones. Estas plantas prefieren terrenos frescos, fértiles y bien drenados; colocarlas en lugares muy soleados y protegidos del viento. 
-       Umbelíferas: zanahorias, apios, nabos. Es importante que la tierra esté bien trabajada y poco apelmazada. Puede aparecer podredumbre de la raíz y malformaciones. No necesitan mucha intensidad de luz.
-       Lilíaceas: ajos, puerros, cebollas. También necesitan una tierra muy trabajada y regular la humedad de la misma. Son muy beneficiosos para otros cultivos, sobre todo cebollas y ajos, porque repelen insectos y previenen plagas. Necesitan bastante sol, pero menos que las solanáceas.
-       Compuestas: lechugas, escarolas, rúcula. Toleran insolaciones menores que las anteriores, pudiendo sembrarse en semi-sombra. Hay que cuidar el no regar las hojas y atarlas para evitar hongos.
-       Quenopodiáceas: acelgas, remolacha, espinacas. Importante evitar la presencia de adventicias y que la tierra se seque demasiado, por ello se debe acolchar. Prefieren climas suaves pero se adaptan bien a cualquier tipo de clima.

Riego


El riego es la clave para el éxito de nuestro huerto. La frecuencia, cantidad y horario dependerá de la época del año y de la necesidad de cada planta. debemos mantener regularmente hidratada la tierra. En primavera y verano regaremos con más frecuencia. Si la tierra está muy apelmazada, la removeremos de forma superficial para mullir el suelo y que el agua penetre correctamente. Es importante que no reguemos las hojas, para evitar daños a nuestras plantas.




Escarda

Consiste en limpiar el terreno de malas hierbas. Estas crecen de forma espontánea en el huerto perjudicando los cultivos ya que absorben agua y alimento. Las quitaremos con la ayuda de un rastrillo o directamente con la mano, asegurándonos que las arrancamos de raíz para que no vuelvan a salir.



Abonado

La fertilización en los huertos se basan en el estercolado o en la incorporación de otras materias orgánicas. Puede hacerse con estiércol animal de vaca, oveja, caballo... compost casero, mantillo, humus de lombriz, etc.

El "estercolado" se hace en invierno, pero también puede aplicarse en otoño avanzado. Será el abonado de fondo: labra bien el terreno a 25 cm. e incorpora dicho abono orgánico, mezclándolo homogéneamente con la tierra. Será la base alimenticia para el cultivo. 

Una vez el cultivo está creciendo, si se hizo la estercoladura, debe ser suficiente, pero si se ve un crecimiento escaso, tienes la posibilidad de hacer un abono de cobertura en primavera aportando un fertilizante compuesto N-P-K (Nitrógeno, Fósforo y Potasio). 

Aplicar más abonos de los recomendados, no sólo es tirar el dinero, sino que puede resultar tóxico para las plantas.

Las actividades se programarán en función de cómo vayan funcionando las sesiones, los grupos y según la propia evolución del huerto.


De igual forma, esta misma programación puede estar sujeta a modificaciones debidas a la climatología, la evolución del grupo y del huerto.

miércoles, 29 de enero de 2014

COMPOSTERA

 La fertilidad del suelo.
Proceso de compostaje y fabricación de una compostera para el huerto. Aprendizaje de qué elementos son adecuados y cuáles no.
A modo general aquí establecemos el siguiente listado:
Materiales orgánicos siempre adecuados
Restos de plantas del huerto
Estiércol
Ramas trituradas de poda de árboles
Hojas
Césped
Mondas de fruta (salvo cítricos, naranja, mandarina, limón…)
Restos de comida (controlar la cantidad de carne)
Cáscaras de huevo
Lana y tejidos naturales.
 Materiales de volumen limitado
Patatas estropeadas
Cenizas
Virutas de serrín
Papel y cartón (sin tintas)
Materiales no aconsejables
Químicos
Materiales no biodegradables
Plásticos
Restos orgánicos posiblemente contaminados con químicos (plantas con plagicidas, por ejemplo).
Ramas de coníferas
Huesos grandes
Cáscaras de frutos secos (tardan mucho en degradarse)